viernes, 14 de abril de 2017

LA MISA SOLEMNE DE LA VIGILIA PASCUAL. Del Año Litúrgico de Dom Guéranger.


COLECTA 

Oh Dios, que ilustras esta sacratísima noche con la gloria de la Resurrección dominical: conserva en la nueva prole de tu familia el espíritu de adopción, que le has dado; para que, renovados en cuerpo y alma, te presten un servicio puro. Por el mismo Señor. 

EPÍSTOLA 

Lección de la Epístola del Ap. S. Pablo a los colosenses (III, 1-4). Hermanos: Si habéis resucitado con Cristo, buscad lo que es de arriba, donde está Cristo, sentado a la diestra de Dios: saboread lo que es de arriba, no lo que hay sobre la tierra. Porque estáis muertos, y vuestra vida está escondida, con Cristo, en Dios. Cuando aparezca Cristo, vuestra vida, entonces apareceréis también vosotros con Él en la gloria. 


CONFITEMINI

Confesad al Señor, porque es bueno: porque su misericordia es eterna. 

TRACTO

Alabad al Señor, gentes todas: y alabadle Juntos, pueblos todos.   V. Porque se ha confirmado sobre nosotros su misericordia: y la verdad del Señor permanece para siempre. 

EVANGELIO 


Continuación del Santo Evangelio según San Mateo (XVIII, 1-7). 

Y en la noche del sábado, al amanecer del día primero, fue María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro. Y he aquí que hubo un gran terremoto: porque el Ángel del Señor descendió del cielo: y, acercándose, separó la piedra, y se sentó sobre ella: y su cara era como el relámpago: y sus vestidos, como la nieve. Y por temor a él se aterraron los centinelas, y se quedaron como muertos. Y, hablando el Ángel, dijo a las mujeres: No temáis: sé que buscáis a Jesús, que fue crucificado: no está aquí: ha resucitado, según lo dijo. Venid y ved, el lugar donde estuvo sepultado el Señor. Y, yendo luego, decid a sus discípulos que ha resucitado: y he aquí que Él os precederá en Galilea: allí le veréis. Ya os lo he predicho. 

SECRETA 

Suplicámoste, Señor, recibas las preces de tu pueblo, con las oblaciones de las hostias: para que, iniciadas éstas con los misterios pascuales, nos sirvan, por obra tuya, de remedio eterno. Por el Señor. 

PREFACIO 

Es verdaderamente digno y justo, equitativo y saludable que en todo tiempo, Señor, te prediquemos glorioso, pero sobre todo en esta noche, cuando Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque Él es el verdadero Cordero que quita los pecados del mundo. El cual, muriendo, destruyó nuestra muerte, y, resucitando, reparó la vida. Y, por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celeste, cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc. 

Comienza el Canon y se obra el misterio divino. Ninguna ceremonia se cambia hasta el momento que precede a la Comunión. Existe una costumbre, que se remonta a los tiempos Apostólicos, de que los fieles, antes de participar del cuerpo y sangre del Señor se den el beso fraternal, pronunciando al mismo tiempo estas palabras: "La paz sea con vosotros." En esta primera Misa Pascual, se omite esta costumbre. La tarde del día de su resurrección, Jesús dirigió estas mismas palabras a sus discípulos reunidos. 


LAUDES. — Mientras se mantuvo la costumbre de celebrar la Vigilia Pascual por la noche, la Vigilia Pascual, que terminaba al amanecer del domingo, no había otro Oficio nocturno o matutino. No fue sino más tarde, al introducirse la costumbre de anticipar la Misa de la Noche de Pascua a la Mañana del Sábado Santo, cuando se pensó en adaptar un Oficio de Vísperas. Estando ya la mañana completamente llena con los grandiosos ritos que ya conocemos, la Iglesia resolvió adoptar para este Oficio una forma brevísima, impregnada además del carácter alegre que convenía después de haber vuelto a escuchar el Aleluya. Dispusiéronse, pues, esas Vísperas de modo que formaran un cuerpo con la Misa. Restaurada ahora la Vigilia Pascual, ésta reemplaza los Maitines y Laudes de Pascua, y la Iglesia ha conservado tan sólo un resumen de los Laudes, unidos a la Misa, cuya acción de gracias desarrollan, para terminar con la oración de la Poscomunión. Así, pues, terminada la distribución de la sagrada comunión en el altar, se cantan en el coro la Antífona y Salmo siguientes: 


Aleluya, aleluya, aleluya. 

Salmo 150 

Alabad al Señor en su santuario, * alabadle en el firmamento de su majestad. 
Alabadle por sus hazañas, * alabdle según la muchedumbre de su grandeza. 
Alabadle al son de las trompetas, * alabadle con el salterio y la cítara. 
Alabadle con tímpanos y danzas, * alabadle con las cuerdas y el órgano. 

Alabadle con címbalos resonantes, * alabadle con címbalos de júbilo; * todo cuanto respira alabe al Señor. 
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, "... Y se repite la Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. 

No se cantan más salmos ni capitula ni himno ni versículo, sino el celebrante entona enseguida, para el Benedictus, esta Antífona: 

Y muy de mañana, * el primer día de la semana, van al sepulcro, nacido ya el sol, aleluya. 

CANTICO (Lc., 1. 68-79) 

Bendito el Señor, Dios de Israel, * porque ha visitado y redimido a su pueblo,
Y ha levantado en favor nuestro un cuerno de salvación * en casa de David, su siervo,
Conforme lo dijo por boca de sus santos profetas * que antaño fueron, 
Que nos había de librar de nuestros enemigos, * y del poder de todos los que nos aborrecen,
Para hacer misericordia con nuestros padres,* y acordarse de su alianza santa. 
El juramento que juró a Abraham * nuestro padre: 
Darnos que sin temor, libres del poder de los enemigos, + y le sirvamos en santidad y justicia, *en su presencia todos nuestros días. 
Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, * pues irás delante del Señor para preparar sus caminos. 
Para dar ciencia de salud a su pueblo, * con la remisión de sus pecados, 
Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, * en las cuales nos visitará naciendo de lo alto, 
Para iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte, * para enderezar nuestros pies por el camino de la paz. 
Gloria al Padre y al Hijo * y al Espíritu Santo,  
Como era en un principio, y ahora y siempre, * y  por los siglos de los siglos. Amén. 

POSCOMUNIÓN

Infúndenos, Señor el Espíritu de tu caridad: para que, a los que has saciado con los Sacramentos pascuales, les unifiques con tu piedad. Por el Señor... en la unidad del mismo Espíritu. 

Acabada la oración, el diácono al dar a los fieles la señal para retirarse añade a la forma ordinaria dos ALLELUIA y esto mismo se observa al final de todas las misas hasta el Sábado siguiente inclusive. 


V. Retiraos; la Misa ha terminado, Alleluia, Alleluia.  
R. Demos gracias a Dios, Alleluia, Alleluia. 

La Misa concluye con la bendición del Obispo o celebrante, omitiéndose la lectura del Evangelio según San Juan. Tal es la solemne función de esta venerable y sublime Vigilia Pascual, que no ha perdido casi nada tocante a las oraciones y ceremonias, pero que tenía necesidad de acercarse más, como lo hemos hecho notar, a los usos antiguos, para mejor recordar toda su grandiosidad y todo su significado. 




Año Litúrgico de Dom Guéranger



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