(1191 p.c.). Este Santo monje, a quien se venera en la orden cisterciense y en la región
de Cornouailles, nació en Loudéac, en Bretaña. Aunque sus padres eran personas
modestas, consiguieron darle una buena educación. Mauricio era un hombre
muy capaz, y ante él se abría una brillante carrera, pero, sabedor de que el
mundo está lleno de peligros para los hombres cultos y brillantes, prefirió
hacerse monje en la abadía cisterciense de Langonnet, en Bretaña. La reforma
cisterciense se hallaba entonces en todo su apogeo y Mauricio, quien tenía
entonces veinticinco años, se entregó tan apasionadamente a la conquista de la
perfección, que dejó atrás a todos sus compañeros. Según se dice, fue elegido
abad apenas tres años después de hacer la profesión. Su fama de prudencia
y sabiduría se extendió pronto más allá de los muros del monasterio. Por consejo
de San Mauricio, el duque Conán IV fundó un nuevo monasterio cisterciense
en el bosque de Carnoet para abrirlo al cultivo, cosa que concordaba
perfectamente con la tradición cisterciense. Mauricio, que fue el primer abad
de dicho monasterio, lo gobernó hasta su muerte, ocurrida cerca de quince
años después, el 29 de septiembre de 1191. El culto del santo en la orden cisterciense y en las diócesis de Quimper, Vannes y Saint-Brieuc, data de muy
antiguo. El Papa Clemente XI autorizó a los cistercienses a tributarle culto
litúrgico, cosa que ya se hacía en las diócesis mencionadas.
Existe una biografía latina bastante larga, publicada en Studien und Mittheilungen
Ben. u. Cist. Ord., vol. vil (1886), pte. i, pp. 380 393, por Dom Píame; en esa misma obra,
pte. 2, pp. 157-164, se encontrará otra biografía latina más breve. L. Le Cam escribió una
biografía de tipo popular, titulada St Maurice, abbé de Langonnet (1924); véase la biografía
de A. David (1936).
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