(417 P. C.) - Inocencio I nació en Albano, cerca de Roma, y sucedió en el pontificado a San Anastasio I el año 401. Durante dieciséis años participó activamente en los asuntos eclesiásticos. Apenas sabemos algo de la vida personal de San Inocencio, pero su obra demuestra que era un hombre muy capaz, enérgico y vigoroso. El santo Pontífice ordenó a San Victricio, obispo de Rouen, que refiriese a Roma las causas de mayor importancia y en el mismo sentido se expresó en una carta que dirigió a los obispos de España. También aconsejó a algunos prelados en el sentido de que el clero observase más rigurosamente el celibato, siguiendo la costumbre de Roma. San Inocencio apoyó a San Juan Crisóstomo, quien había sido injustamente removido de la sede de Constantinopla por el sínodo de "La Encina"; en efecto, el Pontífice no sólo se negó a reconocer a los sucesores de San Juan Crisóstomo, sino que trató en vano de persuadir al emperador Arcadio de que le restituyese a su sede. Los obispos de África que habían condenado el pelagianismo en los Concilios de Cartago y Milevis el año 416, escribieron al Papa para que confirmase sus decisiones. En su respuesta, San Inocencio les dijo que "en las cuestiones de fe, los obispos de todo el mundo deben consultar a San Pedro" y les alabó por haberlo hecho así. San Agustín anunció la confirmación pontificia en su diócesis de Hipona con estas palabras: "Dos concilios habían escrito a la Sede Apostólica sobre la cuestión. Roma ha hablado. La cuestión está zanjada." Tal es el origen del adagio: "Roma locuta, causa finita est."
Durante el pontificado de San Inocencio I, en la última noche del año 406, los bárbaros cruzaron el Rin. Cuatro años más tarde Roma fue saqueada por los godos. Inocencio se hallaba entonces en Ravena, a donde había ido a tratar de persuadir al emperador Honorio de que se ganase a los bárbaros con regalos. El santo Pontífice murió el 12 de marzo del año 417.
La vida de San Inocencio I, como la de San Víctor I, pertenece más bien a la historia general que a la hagiografía. En las cartas de San Inocencio y en los documentos de la época hay muchos datos sobre su pontificado. Véase Acta Sanctorum, julio, vol. VI; L. Duchesne, Historia de la primitiva Iglesia, vol. III; DCB., vol. III, pp. 243-247. Acerca de los decretos litúrgicos de San Inocencio, cf. R. Connolly en Journal of Theological Studies vol. XX (1919), pp. 215-226
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