jueves, 5 de enero de 2017

Día 5 de Enero: VIGÍLIA DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR de la Catena áurea de Santo Tomás

Mateo II. 19-20 Y habiendo muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto diciendo: "Levántate y toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque muertos son los que querían matar al niño". (vv. 1920) 


Eusebio de Cesarea, historia ecclesiastica, 1,8 y 1,9
La justicia divina apremió a Herodes hacia la muerte por el sacrilegio que había cometido contra el Salvador y por el crimen que había realizado contra los niños inocentes. Por lo que -como refiere Josefo- diversas enfermedades invadieron su cuerpo, de manera que, como le fuera dicho por los adivinos, sus suplicios no eran por una enfermedad corporal, sino por justicia divina. Lleno de gran furor él mismo mandó reunir y recluir en la cárcel a los más
nobles y principales de toda Judea, mandando que apenas exhalase el espíritu los asesinasen a todos, de manera que toda Judea llore su muerte a pesar suyo. Un poco antes de entregar su último aliento, degolló a su hijo Antípatro, después que había matado a sus dos hijos, Alejandro y Aristóbulo. Tal fue el final de Herodes, quien padeció justos suplicios por el asesinato que en Belén había cometido contra los niños y por las insidias en contra del Salvador. Esto es señalado por el evangelista cuando dice: "Habiendo muerto Herodes". 

San Jerónimo
Muchos por desconocer la historia caen en el error de confundir este Herodes, cuya muerte se refiere aquí, con aquel otro Herodes que se mofó del Salvador en su sagrada pasión. Aquel Herodes, que más tarde hizo las amistades con Pilato, fue hijo de este Herodes, y hermano de Arquelao, a quien Tiberio César desterró a Lyón, después de haberle dado por sucesor en el trono a su hermano Herodes, como leemos en Josefo. Después que murió el primer Herodes fue cuando el ángel del Señor se apareció en sueños a José en el Egipto diciendo: "Levántate y toma al niño y a su madre".

Dionisio, de caelesti hierarchia, 4
Veo que Jesús, colocado por su naturaleza sobre todos los ángeles, después de haber tomado todo lo que es propio de nuestra naturaleza, no rehusó nada de cuanto exigía esta ley humana establecida y aceptada por El, sino que obedientemente se sujeta a Dios, que le habla por medio de los ángeles. Y por ministerio de los mismos ángeles ordena a José la ida a Egipto, y más tarde la vuelta de Egipto a Judea.

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2 Observad que José había sido escogido para servir a María. Porque ¿quién habría podido prodigarle todos los cuidados que Ella necesitaba cuando fue a Egipto y cuando volvió de este país, si no hubiera estado desposada? A primera vista parece que María es la que nutría al niño y José quien le defendía; pero en realidad era el niño quien sostenía a María y defendía a José. "Y vete a la tierra de Israel". Va, pues, a Egipto como médico para curarlo de las enfermedades del error, pero no para permanecer allí. Su regreso se explica por estas palabras: "Porque han muerto los que querían matar al niño".

San Jerónimo
De aquí debemos deducir que no solamente Herodes, sino también los sacerdotes y los escribas, habían buscado al mismo tiempo la muerte del Señor en ese tiempo.

Remigio
Pero si fueron muchos, ¿cómo pudieron morir en tan poco tiempo? Porque, como se ha dicho, cuando murió Herodes fueron muertas todas las personalidades, que estaban presas en la cárcel.

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2 Dícese que esto fue hecho por consejo de Dios, porque los sacerdotes estuvieron de acuerdo con Herodes en el criminal proyecto de buscar al niño para matarle. Por ello dice el evangelista: "Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él".

Remigio
Ciertamente el evangelista habla aquí usando una figura literaria, y toma a muchos por uno solo. Al decir el alma del niño, quedan refutados los herejes que dijeron que Cristo no había tomado el alma, sino que en lugar del alma tenía la divinidad.

Beda, homilia in Nat. innocent
La muerte de Herodes, acaecida poco tiempo después de la matanza de los niños inocentes, y a consecuencia de la cual Jesús, su Madre y José pudieron volver a Israel, significa que todas las persecuciones contra la Iglesia habían de ser castigadas más tarde con la muerte de los perseguidores; que la misma Iglesia gozaría otra vez de paz; y que los justos que se habían visto obligados a estar ocultos volverían a su patria. La vuelta de Jesús a Judea después de la muerte de Herodes significa también que más tarde a la voz de Henoc y de Elías, los judíos se convertirían a la fe y abandonarían su obstinada oposición a la verdad.


Mateo II. 21-23 Levantándose José tomó al niño y a su madre, y se vino para tierra de Israel. Mas oyendo que Arquelao reinaba en la Judea en lugar de Herodes su padre, temió de ir allá: y avisado en sueños, se retiró a las tierras de Galilea. Y vino a morar en una ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que habían dicho los Profetas: Que será llamado Nazareno. (vv. 21-23)

La glosa
José no fue desobediente al aviso del ángel, y eso significan las palabras: "Levantándose José, tomó al niño y a su Madre". El ángel no había fijado a qué lugar de Judea debía retirarse la Sagrada Familia, a fin de que, dudando José, se vuelva otra vez y adquiera noticias ciertas con las revelaciones más frecuentes del ángel. Y eso quieren decir las palabras: "Mas oyendo que Arquelao reinaba en Judea,..."
Flavio Josefo, antiquitates iudaias, 17,2; de bello iudaeorum, 1,18
Herodes tuvo diez mujeres. De siete de ellas tuvo numerosa sucesión: Antípatro, tenido de Josida, fue el primogénito; Alejandro y Aristóbulo, de Mariamne; Arquelao, de Maltace, la samaritana; y Herodes Antipas, que después fue tetrarca, junto con Filipo, de Cleopatra la jerosolimitana. Habiendo Herodes hecho matar a sus tres primeros hijos, y debiendo ir el reino después de su muerte y según el testamento de su padre a manos de Arquelao, la causa fue llevada a Roma al tribunal de César Augusto. De acuerdo con el Senado, se distribuyó la monarquía de Herodes de la manera siguiente: La primera mitad del reino, esto es Idumea y Judea, la dio a Arquelao con el título de tetrarca, prometiéndole que más tarde le daría el de rey, si por sus hechos se hacía acreedor a él. Dividió la otra mitad entre Herodes Antipas, que tuvo Galilea y Perea con el título de tetrarca, y Filipo, a quien le tocó Iturea y Traconítida. A la muerte de Herodes su hijo Arquelao vino a ser como un etnarca 1, cuya soberanía se llama aquí reino.

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,10
Tal vez se preguntará alguno, ¿cómo los padres de Jesús podían subir todos los años a Jerusalén -según refiere San Lucas-, si el temor a Arquelao les impedía acercarse allí? No les era difícil ni peligroso, por el poco tiempo que debían permanecer allí, ocultarse en medio de la gran multitud de personas que concurrían los días de fiesta, pero ciertamente habrían tenido miedo de dilatar su regreso por más tiempo. Terminada la fiesta, habían ya cumplido los deberes religiosos, y no se exponían a ser vistos si permanecían allí por más tiempo. Así, las palabras en que San Lucas nos dice que subían todos los años a Jerusalén, deben entenderse en el sentido de que lo hacían cuando no tenían que temer la presencia de Arquelao, que según la historia de Flavio Josefo sólo reinó nueve años. "Y avisado en sueños, se retiró a las tierras de Galilea". Quizá preguntará alguno: ¿cómo José, que temía ir a Judea, porque Arquelao había sucedido allí a Herodes su padre, prefirió retirarse a Galilea en donde otro de sus hijos, Herodes, era tetrarca, según el testimonio de San Lucas? Pero los tiempos en que se temía por la vida del niño no eran los mismos a los que San Lucas se refiere, en los cuales habían cambiado todas las cosas de tal modo que ya Arquelao no era etnarca, sino que Poncio Pilato era el procurador.

La glosa
Pero entonces se preguntará: ¿por qué José no temió ir a Galilea, siendo así que allí reinaba Arquelao? Porque era más fácil ocultarse en Nazaret que en Jerusalén, capital del reino en donde Arquelao solía habitar.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 9
Cambiando de morada y abandonando el lugar del nacimiento, era fácil ocultarse. Todo el peligro estaba en Belén y en sus alrededores. Viniendo José a Nazaret, volvía a su patria y escapaba del peligro. Y eso significan las palabras: "Y vino a morar en una ciudad que se llama Nazaret...".

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,9
Tal vez podría creerse que estando Nazaret en Galilea, según el testimonio de San Lucas ellos habían fijado allí su residencia, y no porque el temor de Arquelao los hubiera retraído de ir a Jerusalén, como consta de las palabras de San Mateo. A esto se puede responder que cuando el ángel dijo a José en Egipto: "Ve a la tierra de Israel", José había entendido que era preferible ir a Judea, nombre que le parecía convenir mejor a este país. Pero cuando supo que Arquelao reinaba allí, no quiso exponerse a este peligro, pudiendo también entenderse por tierra de Israel Galilea, que estaba habitada también por el pueblo judío. Sin embargo, puede contestarse también, que tal vez pareció a los padres de Cristo no deber habitar con el niño sino en Jerusalén, en donde estaba el templo del Señor, y allí hubieran ido si la presencia de Arquelao no los hubiera llenado de terror. No habían recibido del cielo las órdenes de que habitaran en Judea o en Jerusalén despreciando los temores que Arquelao les inspirase, sino en la tierra de Israel, nombre que también puede aplicarse, como ya hemos dicho, a Galilea.

San Hilario, in Matthaeum, 3
Verdaderamente se mantiene el sentido alegórico. San José representa a los apóstoles, a quienes Jesucristo había sido confiado para llevarlo por todo el mundo. Después de la muerte de Herodes, esto es, después de la sentencia dictada contra el pueblo judío en la pasión del Salvador, les fue ordenado predicar a los judíos, porque tenían como parte de su misión recoger a las ovejas extraviadas de Israel. Pero viéndoles persistir en su infidelidad hereditaria, temen y se retiran, y advertidos por una visión, es decir, contemplando los dones del Espíritu Santo en los gentiles, trasladan a ellos la predicación de Cristo.

Rábano
Y también esto representa a los últimos tiempos de la Iglesia, cuando muchos de los judíos se conviertan por la predicación de Henoc y de Elías, mientras que la otra parte, siguiendo el odio del Anticristo, combatirá contra la fe. Aquella parte de Judea, en la que reinaba Arquelao, representa a los secuaces del Anticristo; Nazaret de Galilea, donde Jesucristo se retira, designa el resto de la nación judía que debía abrazar la fe. De aquí el nombre de Galilea, que significa destierro, y el de Nazaret, flor de las virtudes, porque cuanto más se eleva la Iglesia y como que emigra de la tierra al cielo, tanto más en ella abundan la flor y la savia de las virtudes.

La glosa
A este hecho añade el Evangelio el testimonio siguiente del profeta: "Para que se cumpliese lo que estaba escrito por los profetas, que sería llamado Nazareno".

San Jerónimo
Si el evangelista hubiese citado con precisión un pasaje, no hubiera dicho "por los profetas", sino simplemente "lo que fue escrito por el profeta". Pero hablando en plural demuestra que tomó de la Escritura no las palabras sino el sentido. Ahora bien, el nombre de nazareno significa santo, y toda la Escritura llama santo al Señor. También se puede contestar bajo otro concepto, que aquellas mismas palabras se encuentran literalmente en el siguiente pasaje de Isaías tomadas de la versión hebrea: "Saldrá una vara de la raíz de Jesé, y de su raíz subirá una flor" ( Is 11,1).

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 3 Pudo suceder también que este pasaje fuese tomado de alguna profecía que se haya perdido, sin que haya precisión de apurar la curiosidad respecto de este punto, sabido como es que se han extraviado muchos escritos proféticos. O también que fuere tomado de los escritos de otros profetas que no se encuentran en el número de los libros canónicos, tales como los de Natán y de III Esdras. Pero sea como fuere, lo cierto es que este punto había sido objeto de una profecía, como lo acreditan las palabras dirigidas por Felipe a Natanael: "Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, de quien había escrito Moisés en la Ley y los profetas". Y ésta es la razón por la que los primeros cristianos se llamaron nazarenos, nombre que fue sustituido en Antioquía por el de cristiano.

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,5
Todo lo que se refiere a los magos y a los sucesos siguientes a esto, aparece omitido por el evangelista San Lucas, y ésta es la ocasión de hacer notar para que se recuerde en lo sucesivo, que cada uno de los evangelistas ordena de tal suerte su narración, para que se vea como si nada omitiese, y diciendo lo que quiera decir, callando lo que quiera callar, presenta como una cadena no interrumpida, en la que los hechos se enlazan unos a otros sin que entre ellos se note interrupción alguna. Pero como un evangelista dice lo que otro calla, estudiando atentamente el orden de la narración, se descubre desde luego el lugar en donde puede colocarse lo que ha sido omitido por uno y referido por otro. 


                           Catena áurea de Santo Tomás

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