viernes, 25 de agosto de 2017

26 de agosto SAN CEFERINO, PAPA Y MÁRTIR Vidas de los Santos de A. Butler

(217 d. C.) - San Ceferino sucedió a San Víctor I en el pontificado hacia el año 399. En aquella época, perturbaban la paz de la Iglesia los montanistas, dos sectarios llamados Teódoto y una disputa cristológica entre dos partidos. El jefe de uno de los partidos era un sacerdote llamado Hipólito (13 de agosto). Hipólito se opuso violentamente a Ceferino y a su diácono y consejero Calixto. El Pontífice se negó a aceptar la doctrina cristológica de Hipólito. Así pues, re difícil aceptar que, según la afirmación del propio Hipólito en sus Philosophumena, Ceferino haya sido un hombre sin educación y débil de carácter, simple instrumento en manos de Calixto. Eusebio cuenta que San Ceferino se opuso con tal celo a las blasfemias de los dos Teódotos, que los partidarios de éstos se volvieron contra él y le llamaron, para gran gloria del Pontífice, “el principal defensor de la divinidad de Cristo”.
El emperador Septimio Severo abandonó en sus últimos años su política de tolerancia del cristianismo y decretó duras penas contra los que se convirtiesen. Lo único que sabemos de esta persecución es que numerosos cristianos confesaron en Roma la fe. Se venera a San Ceferino como mártir. El santo merece ese título por las persecuciones de que fue objeto, aunque probablemente n o murió por la fe.
Sabemos muy poco acerca de San Ceferino. Las únicas fuentes son uno o dos pasajes de Eusebio y un artículo muy confuso del Líber Pontificalis. Mons. Duchesne ha tratado sin éxito aclarar el artículo del Líber Pontificalis (vol. I, pp. 139-140). Véase Acta Santorum, agosto vol. V; y DCB., vol. IV, pp. 1215-1220. Acerca del sitio de la sepultura de San Ceferino, cf. Marucchi, en Nuovo bullettino di arch, crist.(1910), pp. 205-225

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