(Fecha desconocida) - La leyenda de San Ciriaco y sus compañeros es una novela que carece de valor histórico. Se cuenta en ella que Ciriaco, quien era diácono, junto con Sisinio, Largo y Esmaragdo, prestó ayuda a los cristianos condenados a trabajar en la construcción de las termas de Diocleciano. Al ser arrestado, Ciriaco libró de la posesión diabólica a Artemia, la hija del emperador. Este, para mostrarle su agradecimiento, le regaló una casa, que Ciriaco transformó en iglesia ("titulus Cyriaci"). El rey de Persia, cuya hija sufría también de posesión diabólica, le mandó llamar; Ciriaco fue y la curó. A su vuelta a Roma se le aprehendió por orden de Maximiano, junto con Largo y Esmaragdo. Los tres fueron torturados y decapitados el 16 de marzo en la Vía Salaria, junto con muchísimos otros. El 8 de agosto, el Papa San Marcelo I trasladó los restos de los mártires al cementerio que tomó el nombre de Ciriaco, en el camino de Ostia.
La "Depositio Martyrum" (354 d.C.) demuestra que San Ciriaco fue realmente martirizado y que desde muy antiguo se celebraba en Roma su fiesta en este día; dicha obra afirma que el santo se hallaba sepultado muy cerca del hato del kilómetro séptimo en el camino de Ostia, junto con Largo, "Inxmaracdus" y otros tres mártires cuyos nombres se citan. Delehaye hace notar que se ha confundido a este Ciriaco con el que fundó el "titulus Cyriaci", y en torno al cual se creó más tarde toda una leyenda que constituye un episodio de las actas espurias del Papa San Marcelo.
Véase Delehaye en CMH., p. 425 (cf. también pp. 190 y 431433); Duchesne, Mélanges d´archéologie et d´histoire, vol. XXXVI, pp. 49-56.
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